Si el presente es de lucha, el futuro es nuestro" (Ernesto "Che" Guevara)+++++Ser joven y no ser revolucionario es una contradicción hasta biológica (Salvador Allende)+++++Por el engaño se nos ha dominado más que por la fuerza (Simón Bolívar)+++++El ejecutivo del Estado moderno no es otra cosa que un comité de administración de los negocios de la burguesía (Karl Marx)+++++La religión no es más que el reflejo fantástico de los poderes externos que dominan la existencia cotidiana (Friedrich Engels)+++++El viejo mundo se muere. El nuevo tarda en aparecer. Y en ese claroscuro surgen los monstruos (Antonio Gramsci)

jueves, 7 de noviembre de 2013

7 de noviembre, aniversario de la Gran Revolución Socialista de Octubre

Por Roberto Muñoz

¡A los ciudadanos de Rusia!
El Gobierno provisional ha sido derrocado. El poder ha pasado a manos del Comité Militar Revolucionario, órgano del Sóviet de Diputados Obreros y Soldados de Petrogrado, que se encuentra a la cabeza del proletariado y de la guarnición de Petrogrado.
La causa por la que el pueblo se ha lanzado a la lucha -proposición inmediata de una paz democrática, abolición de la gran propiedad de la tierra, control de la producción por los trabajadores, creación de un gobierno soviético- ha triunfado definitivamente.
¡Viva la revolución de los obreros, soldados y campesinos!

Así comunicaba Lenin, en nombre del Comité Militar Revolucionario, en la madrugada del 25 de octubre (7 de noviembre según el calendario actual) cuando las fuerzas revolucionarias se habían apoderado de los puntos estratégicos más importantes de la capital, el triunfo de la revolución al II Congreso de los Soviets de toda Rusia.

El 7 de noviembre la humanidad progresista de todo el planeta conmemora el aniversario de la Gran Revolución Socialista de Octubre, protagonizada por las masas populares de Rusia lideradas por los bolcheviques bajo la dirección de Vladimir Ilich Lenin, la cual abrió una nueva era en la historia de la humanidad, la de las revoluciones proletarias y la del socialismo.

Siendo un gran filósofo, economista, sociólogo y líder revolucionario, Lenin, firme seguidor de Carlos Marx y Federico Engels, se basó en el análisis de nuevos acontecimientos y fenómenos históricos, y llevó adelante la doctrina revolucionaria en todos sus aspectos; aportó tesis de importancia teórica a todas las partes integrantes del marxismo.

Lenin llevó la teoría a la práctica. La tesis leninista que postulaba la posibilidad del triunfo del socialismo en un solo país, y su materialización con la Revolución de Octubre y el establecimiento del primer Estado Socialista, son pruebas contundentes de cómo se fundieron, en el leninismo, la teoría del socialismo científico y la práctica revolucionaria.

La Revolución que tuvo lugar en Rusia el 25 de octubre de 1917, según el calendario juliano (7 de noviembre en el gregoriano), se distingue de otras revoluciones por su carácter mundial, fue el acontecimiento político más importante del Siglo XX, pues representa un viraje radical en la historia de la humanidad, un viraje del viejo mundo, del mundo capitalista, al mundo nuevo, al mundo socialista; fue la primera vez que el proletariado triunfaba y se hacía con el poder, poniéndose como objetivo, no el que una forma de explotación sustituya a otra forma de explotación, que un grupo de explotadores reemplace a otro grupo de explotadores, sino la supresión de toda clase de explotación del hombre por el hombre, la supresión de todos y cada uno de los grupos de explotadores, la organización de una nueva sociedad, de la sociedad socialista sin clases. La Gran Revolución Socialista de Octubre abrió para la Humanidad una nueva era, la del paso de la teoría del socialismo científico a la práctica humana del socialismo.

Su impacto fue palpable tanto en América como en Europa. Aunque la Revolución no hizo expandir el comunismo como un efecto inmediato, les dio a otros países convulsos del Tercer Mundo un ejemplo a seguir.

Las heroicas jornadas de octubre —como las describió el periodista norteamericano John Reed— estremecieron al mundo. Ningún hecho posterior puede opacar la grandeza de los bolcheviques rusos, que supieron conjugar lo más alto de la intelectualidad política europea con el espíritu revolucionario de la clase obrera rusa y la lucha de los campesinos por la tierra y sus derechos, lo que constituye un ejemplo imperecedero en la lucha de los pueblos por la conquista de la libertad.

La Revolución de Octubre no es un acto aislado sino la culminación de una cadena de sucesos que se desarrollaron en la Rusia Zarista desde la década de los años 60 del siglo XIX, en que se comienzan a efectuar las “revueltas” campesinas contra los terratenientes, levantamientos campesinos que obligaron al zarismo a abolir el régimen de servidumbre en l86l, hasta la noche del 25 de octubre de l9l7, cuando la clase obrera, dirigida por el Partido Bolchevique, aliada a los campesinos pobres y apoyada por los soldados y los marinos, derribó el poder de la burguesía, instauró el Poder de los Soviets, creó el Estado soviético socialista, abolió la propiedad de los terratenientes sobre la tierra y la entregó a los campesinos, puso término a la guerra conquistando la paz y creó las condiciones para el desarrollo de la construcción del socialismo.

Fue la revolución que venía precedida de un diagnóstico científico de la necesidad histórica del cambio, al haber analizado la estructura de la sociedad capitalista, de sus contradicciones y al descubrir el imperativo histórico de su superación. Por primera vez, las ideas expuestas por Carlos Marx y Federico Engels, sobre el poder obrero-campesino, se hacían realidad en una parte considerable de Eurasia, a pesar de las difíciles circunstancias en el contexto feudal o capitalismo incipiente de Rusia.

Durante años y décadas el poder soviético fue capaz de resolver colosales tareas en beneficio de las masas desposeídas; en los campos económico, social, político, cultural, científico y militar alcanzaron avances prodigiosos. En relativamente corto tiempo histórico, convirtieron al empobrecido y explotado país que heredaron en una potencia mundial de primer orden. Además, creó un potencial humano que hizo posible que se abordaran grandes cometidos en la historia de la humanidad, con enormes costos materiales y personales, para vencer los innumerables conflictos provocados por sus enemigos, entre ellos la Guerra Civil y la Intervención Extranjera, y posteriormente el triunfo en la Gran Guerra Patria contra el fascismo.

La URSS tiene el indiscutible mérito de haber sido el factor político y militar principal para la derrota del fascismo en la II Guerra Mundial. Hoy, merced a la contrarrevolución que destruyó la URSS, se pretende desfigurar la historia e ignorar que fue el Ejército Rojo el que derroto la máquina bélica de la Alemania nazi y salvó a la humanidad de la esclavitud que pretendía implantar el nazismo.

La Unión Soviética no sólo demostró la posibilidad de un nuevo orden social. Liquidó antiguas plagas como el analfabetismo; proporcionaba a todos medicina y educación gratuita; no conocía la desocupación y aseguraba una vejez cada vez más digna. El desarrollo de la cultura y las artes alcanzó niveles envidiables y eran de acceso al gran público. En la recreación y sobre todo en la práctica del deporte, conquistó metas extraordinarias, sin que esa práctica se mercantilizara. Alcanzo un gran desarrollo de la ciencia y la técnica, llegando a convertirse en una potencia pionera en variadas áreas del conocimiento, como lo fue por ejemplo en la conquista del cosmos.

A pesar que la Revolución de Octubre, que dio origen al primer estado socialista, finalmente no se consolido y termino con la destrucción de la Unión Soviética y la vuelta al capitalismo, no podemos hablar de fracaso cuando muchos de los logros obtenidos por la clase trabajadora del mundo entero es fruto del movimiento obrero inspirado en las experiencias del movimiento obrero ruso y posteriormente del pueblo soviético y guiado por la materialización de las ideas plasmadas en el Manifiesto Comunista. La presencia de la Unión Soviética y divulgación de las ideas del comunismo, obligo al sistema capitalista a adoptar el estado de bienestar, gracias al cual muchos países de Europa occidental han alcanzado un notable nivel de vida, aunque a costa de la sobreexplotación material, moral y personal de las sociedades menos desarrolladas económicamente.

La desaparición de la URSS significó el quiebre del sistema socialista, el fin de la alianza militar (Pacto de Varsovia) y de la Comunidad Económica de Ayuda Mutua (CAME), lo que no ha supuesto para el conjunto de la humanidad un aumento notable de su seguridad, una disminución de los riesgos de una guerra, más bien ha sido al contrario. Sin el contrapeso que proporcionaba la URSS el mundo se ha hecho unipolar, donde el agresivo imperialismo estadounidense ejerce la hegemonía mundial absoluta.

Es complicado analizar las causas de la caída de la URSS y las circunstancias que posibilitaron que se frustrara la Revolución que fue el logro y el patrimonio más importante del proletariado mundial. Sin duda se trata de un complejo de factores que van desde problemas generados internamente hasta la acción continua del imperialismo y sus agencias.

La clase obrera, que es la creadora real de la riqueza social, incrementa sus filas y como lo predijeron los clásicos del socialismo científico, serán los irremplazables enterradores del viejo régimen que tiene una irreparable crisis que se ahonda indefectiblemente y de la cual no podrá salir.

La intelectualidad honesta y revolucionaria que en el mundo entero crece y se desarrolla está haciendo un aporte formidable al esclarecimiento necesario de las leyes que rigen el desarrollo social en esta época de grandes cambios y avances científicos. Sigue planteada la contradicción fundamental del capitalismo: el carácter social del trabajo y la creación de la riqueza social, en tanto que su apropiación sigue siendo privada. Sólo allí donde se soluciona esta contradicción el desarrollo social es más armónico y satisface las necesidades de la población.

A todo eso se retornará más temprano que tarde porque el camino abierto por la Gran Revolución Socialista de Octubre sigue abierto para toda la humanidad. La alternativa socialista del desarrollo no es una concepción utópica, ni anacrónica, ni anti-democrática, como algunos pretenden demostrar, puesto que se apoya en el análisis científico de las contradicciones del imperialismo y en la necesidad imperiosa de cambiar las bases socioeconómicas del sistema actual que generan la injusticia y la iniquidad.

El aniversario del triunfo de la Gran Revolución Socialista de Octubre, da la oportunidad de profundizar sobre los problemas fundamentales del desarrollo mundial, sobre cómo hay que concebir el porvenir de la sociedad, quien es el portador del progreso y por qué medio es posible realizarlo, cual es el papel de la clase obrera en el desarrollo social y sobre qué base ideológica es concebida y elaborada su estrategia y táctica.